El jardín arqueológico
Inspire, respire el aire
de la época…
Haga una parada en el jardín, pulmón de la ciudad y arboreto del pasado de Nimes. Sus 3500 m2 de espacio verde le permitirán descubrir una amplia variedad de la flora local, que ha ido asentándose en la zona a lo largo de los siglos.
Recorra el museo por su calle interior, pasando bajo los restos del propileo del santuario de la Fuente y siguiendo el recorrido de la antigua muralla augustea para acceder al jardín.
Los cimientos del recinto (una muralla coronada por una torre) fueron realzados e integrados al crear este jardín arqueológico, que está abierto a la ciudad y conecta con las calles y plazas colindantes.
El jardín está estructurado en tres niveles que corresponden a los tres grandes períodos históricos presentados en el Museo. Para cada período se eligieron árboles, arbustos y plantas perennes de acuerdo con el momento en que fueron introducidas, dependiendo de los cambios de influencias u ocupaciones. Descubra cómo el paisaje fue modelándose hasta formar poco a poco nuestro paisaje vegetal actual.
Período prerrománico
(siglo VII hasta finales del siglo II a. C.)
A partir de la Edad del Hierro el desarrollo del comercio marítimo en el Mediterráneo permitió descubrir nuevas especies vegetales. La Galia adoptó el policultivo, y así nació la «agricultura mediterránea» en la región. Se cultivaban especies anuales, como cereales, leguminosas y en algunos sitios vides.
Período romano
(siglo I a. C. al V d. C.)
En la Antigüedad, los romanos eran grandes consumidores de especias y hierbas aromáticas y sabían mucho de plantas medicinales. Al llegar a la Galia introdujeron nuevas plantas. Acanto, ciprés, laurel, boj y romero forman la esencia de las especies vegetales romanas.
Las especies de hoja perenne eran especialmente importantes para que el jardín mantuviera su equilibrio en verano e invierno. Cada planta estaba dotada de un fuerte poder simbólico, que se sumaba a su uso medicinal o alimentario.
Época posromana y su legado
(siglos VI al XV)
Tras la caída del Imperio Romano de Occidente en 476 el patrimonio culinario, medicinal y botánico resistió a las invasiones y a las migraciones de la población (del siglo IV al VI). La Antigüedad tardía y la Alta Edad Media conservan partes de la cultura latina, incluida la lengua, que los monasterios se encargaban de enseñar y transmitir. La contribución de la civilización árabe en el campo de la ciencia (sobre todo en la botánica y la farmacopea) y de las traducciones de los antiguos textos científicos griegos garantizan un auténtico renacimiento. Esta permeabilidad entre las culturas latina, cristiana y musulmana alcanzó su punto culminante en la época de las Cruzadas, a partir del siglo XI.
A pesar de los choques de los modelos políticos y religiosos también se relanzó el intercambio y el cultivo de nuevas especies vegetales entre Europa y Oriente Medio.
¿Sabía qué…?
El olivo, la higuera y el almendro habían llegado en la época prerromana, y los romanos trajeron consigo la lavanda, el tomillo, el ajo y el castaño. Posteriormente, en la Edad Media, los cruzados aportaron el melocotonero, el estragón, la cebolleta y el ciruelo…
Apertura del jardín
Acceso libre
Du 1er avril au 4 novembre : 8h > 20h
Du 5 novembre au 31 mars : 8h > 19h