Tras los bastidores
La scénographie
La ciudad y sus espacios toman forma a través de volúmenes ligeros, dejando ver claramente las estructuras de madera, como tantos tutores o andamiajes, que construyen un decorado tan concreto como virtual. El fuera de campo y la imbricación de los volúmenes evocan el trabajo del tiempo y de los hombres, así como la noción de elaboración, de obra y de edificación.
Como bajo los trazos de un lápiz, los contornos de una ciudad cobran altura y dibujan un espacio transitable. Los andamios son aquí estructurales y tienen una dimensión poética; son evocadores y no realistas. Su estilización, a la manera de un lenguaje alámbrico, digno de un boceto sobre papel de calco, es un soporte para la imaginación y un hilo conductor, que evoca a la vez espacios privados, espacios públicos, calles, arterias, monumentos, anfiteatros, etc.
Así, Nemausus se nos revela en este espacio total, fluido y confortable, adaptado a una fuerte afluencia de visitantes y de grupos de visitas. Nimes ocupa el centro de esta instalación, en el plano del dispositivo y en estos elementos identitarios.
El montaje y la colocación
Los bastidores de una exposición suponen el trabajo de una gran variedad de oficios, que se activan antes del día de la inauguración para ofrecer al público una experiencia estética, intelectual y emocional lo más rica posible.
Además del comisariado de exposiciones, en la composición y construcción del recorrido de la visita trabajan todos los actores de la escenografía, del mobiliario, de la luz, del diseño gráfico, de audiovisual y multimedia. Aquí presentamos con imágenes algunos aspectos de estos trabajos que se realizan entre bastidores…